5 ene 2016

Enredos Musicales


Caminaba como a la deriva.  
La primavera berlinesa se hacía desear pero por lo menos brillaba el sol.  
Pidió su café como siempre, lo acercó a su nariz entornando los ojos y tras una media sonrisa fué desapareciendo en sus labios. 

Ella entró como de repente y de repente salió.   La siguió con sus ojos y no pudo más que seguirla todo él también.  
Su paso firme, como magnético, lo llevó hasta la Filarmónica en donde ella entró de puntillas.

Siempre quiso disfrutar de los conciertos de los martes, pero una vez una reunión, otra un viaje... ¿y con quién iría?

La siguió observando de no muy lejos... tan elegante, tan en su mundo, como flotando a un centímetro del suelo. 
Una pareja de estudiantes interpretaba enredos musicales de Schumann.  Ella movía la cabeza, tamborileaba los dedos sobre el programa, sonreía con las letras ingenuas.

En el aplauso final él creyó reconocer a un colega y al volverse, ella había desaparecido.

Suspiró y caminó pausadamente. 
  
No fuera que la prisa desvaneciera su imagen aún flotando en la música...




Berlín, 14.04.2010

2 comentarios:

  1. Enhorabuena!! En el relato se percibe la rapidez, la sorpresa. Interesantísimo
    M.victoria

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    1. Gracias M.Victoria!! te agradezco tb que te tomes el trabajo de comentar :)

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